lunes, 20 de agosto de 2012

ALABANZA


Redacción de la enseñanza:

Introducción: Puede que ahora muchos de ustedes estén pasando un momento difícil, puede que en estos momentos te sientas asfixiado, deprimido, triste, sin encontrar una salida a las adversidades de la vida, ¿un problema de salud físico o mental? ¿Algún conflicto conyugal? ¿Discordias familiares?, como puede que también algún ser querido  te halla herido, o quizá eres esclavo de algún vicio o el pecado que te aleja de la felicidad te ha corrompido por dentro secando el fuego eterno del amor que Dios puso en tu corazón para que fueras pleno. Pero no te preocupes hermano hoy vengo a contarte una buena noticia, te contaré algo que puede cambiar tu existencia, que puede transformar el rumbo de tu vida, hoy te revelaré un secreto conservado hace mas de 2000 años, hoy te compartiré uno de los tesoros más valiosos que tengo, hoy te hablaré del poder de la alabanza.

Desarrollo:
A)  La alabanza es un tipo de oración, la cual tiene sus orígenes en el pueblo Judío, en la biblia en algunas ocasiones aparece con la palabra aclamación, en hebreo “teruwa” que quiere decir alabanza, pero el significado de esta palabra es más profundo, ya que quiere decir algo como, hendir, resquebrajar, atravesar  los tímpanos con un gran ruido. El pueblo judío ocupaba estas aclamaciones en las campañas para conquistar la tierra prometida, estas aclamaciones eran un grito de guerra para sus adversarios, en números 10,9 podemos leer las indicaciones que Dios hace a su pueblo cuando tengan que luchar contra sus enemigos; un símil mas local de esto, lo apreciamos en el pueblo araucano, imagínense por un momento el pueblo araucano alistándose para defender sus territorios de los Españoles que vienen a destruirlos, suena una trutruca y los araucanos lanzan un grito bélico con poder, con fuerza de esa que sale de lo más profundo de nuestras entrañas, un grito que los llena de fuerza en la batalla.
B) volviendo al pueblo judío, la lectura bíblica…
C)   Josué 6,1: imagínense al pueblo judío, un pueblo recién sacado de la esclavitud, nómade, quizá no muy armado ni con la mejor tecnología, cuantos años de opresión en Egipto, después llegar a un desierto, para después ir a buscar una tierra prometida, en la cual ya vive todo un pueblo, y no solo eso un pueblo armado con una muralla impenetrable, y para un pueblo como los hebreos con todas sus características, esto se le convertía en  una quimera para sus propias fuerzas. ¿Cuáles son estas murallas impenetrables en nuestra vida?, quizá al igual que los judíos algunos de nosotros sentimos miedo frente a las fortalezas que se oponen ante nuestra vida, ante nuestro rumbo, esas murallas de pecado, de heridas, esas murallas que nos impiden la plenitud y la felicidad para nuestra vida. Esas murallas sociales, de marginación, de egoísmo, en fin murallas del desamor  que impiden que la sociedad avance a la plenitud pensada por Dios.
Josué 6,2:   El pueblo Judío debía luchar para  conquistar la tierra que Dios les había prometido, claro está que Dios siempre iba con ellos en su peregrinación a esta tierra prometida, protegiéndolos, guiándolos enseñándoles en ese desierto todo lo necesario para que cuando llegasen a esa anhelada tierra pudiesen administrar de la mejor manera ese regalo de amor, y en esta ocasión como nos dice la sagrada escritura el señor prometió la victoria al pueblo judío sobre Jericó, le dio el poder sobre la ciudad y su rey, ahora bien ¿cuál es la tierra prometida para cada uno de nosotros?,  esto lo podemos encontrar en jn10,10. Jesús, Dios encarnado, ha venido a este mundo para que tengamos vida, y no tan solo eso… vida en abundancia, que mejor promesa y regalo, que mejor tierra prometida. Surge ahora una pregunta, ¿a qué vida se refiere? Se refiere a una vida plena, una vida basada en el amor, en una vida digna, una vida inmersa en el reino de la justicia, la paz, la misericordia, la fraternidad. Ahora hermanos cuáles son esas murallas que tenemos que derribar junto a Dios, murallas de las cuales por voluntad de Dios ya tenemos el poder, murallas que nos quitan la dignidad, que nos alejan de una vida basada en el amor.
 Josué 6, 16 y 20: Hermanos imagínense al pueblo judío, frentes a estas murallas, gigantescas, creo que en esta situación tenían dos posibilidades, la primera irse vagar por el desierto y volver a la esclavitud en Egipto, y la segunda dar la batalla, lanzar un “Teruwa”, lanzar grito de guerra, hermanos pónganse en el lugar de un judío,  frente a esta adversidad, ¿Cómo sería su grito de guerra?... ¿acaso seria con miedo?, ¿acaso seria sin “pachorra”?; dice después, que en cuanto los judíos escucharon el sonido de la trompeta lanzando el grito, la muralla se derribo, se desplomaron y el pueblo conquisto la ciudad, hermanos ¿quieren conquistar  su tierra prometida?, ¿quieren que las murallas de su vida se desplomen a sus pies?, entonces que no haya preocupación, las murallas están, pero confiemos en Dios, nuestras fuerzas no son capaces para derribar pero Dios si puede, y el nos ah dado el poder para alcanzar la vida en plenitud, tenemos que seguir, caminar hacia adelante, alabar y alabar llegaremos a la tierra prometida, llegaremos a la plenitud, llegaremos a poder amar todo lo que hay en nuestra existencia.
A través de la alabanza, nuestra mentalidad se va transformando, y este cambio de mentalidad en nuestra vida produce que se abran nuevos caminos, y constantemente tenemos que renovar nuestra mentalidad, ya que hacemos y  sentimos, muchas veces debido a la forma en que pensamos, Rom. 12,2, somos hijos del Dios de la victoria, tenemos que tener una mentalidad de batalla, una mentalidad amorosa, una mentalidad de paz, una mentalidad de humildad, con esto me refiero a descubrir lo que somos, y ser ante Dios los que somos y nada más, una mentalidad de fortaleza, ser astutos como serpientes y dóciles como palomas, y nunca olvidar que nuestra mayor batalla es interior y si logramos vencer la batalla interior la exterior será más fácil, ya que todo cambio parte desde lo más interno de nosotros mismo, en lo más interno, donde habita Dios, Efesios 6,12, no luchamos contra algo físico, sino contra la raíz del pecado que nace de la falta de amor. A través de la alabanza, nuestra mentalidad se va transformando
D) primero, la alabanza es un tipo de oración que reconoce a Dios por lo que Él hace, pero más aun por lo que Él ES.
 En segundo lugar, nuestra alabanza no pueden ser palabras sin sentido, ni tampoco un esquema mecánico, nuestra alabanza debe nacer de lo más profundo de nuestro ser, que al analizar a Dios queda pasmada ante su belleza, y no le queda otra cosa que alabar; por ejemplo:  “te alabo señor porque has creado un cielo maravilloso, que ah salido de tu mente amorosa, de la perfección de tu “mente”, tu eres el mayor artista, tu eres el maestro de los artistas porque de tu intención has creado cosas maravillosas”; en este caso vemos una oración de alabanza, la cual tiene todo un sentido para nosotros, ya que nosotros habitamos en el mundo y todo lo creado es significativo para nosotros, podríamos decir que es como una alabanza argumentada. Y más aun pueden ser palabras más sencillas, por ejemplo:” Santo, perfecto, salvador...” Pero no las decimos mecánicamente, sino que tiene todo un trasfondo, el es santo porque es perfecto, porque es pleno, porque es Dios, y también salvador porque él es salvador, que nos regala su espíritu, para llevarnos a la plenitud. En resumen, que sea una alabanza consiente, sencilla que nazca del corazón.  (Señalar el cuidado de caer en cosas burdas, ya que la alabanza puede ser muy suave pero a la vez muy potente, lo importante es que se haga con amor) (Señalar que la alabanza puede ser despacito pero con ¡pasión!)
Cuando alabamos lo hacemos con todo nuestro ser, con nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestros gestos, nuestro cuerpo,  con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, a pesar de la adversidad, lo alabamos, estemos en la riqueza lo la pobreza, lo alabamos, libres o encarcelados lo alabamos, en la soledad o en la compañía lo alabamos, en el trabajo y en el descanso, lo alabamos, en el grupo de oración o en la micro, lo alabamos. En fin, cuando alabamos miramos a Dios y lo descubrimos y esto nos da felicidad y paz porque estamos ante Él.
Números 10,9: Cuando ustedes, en su propia tierra, tengan que luchar contra el enemigo que los oprima, toquen las trompetas y lancen fuertes gritos. Y el Señor, su Dios, se acordará de ustedes y los salvará de sus enemigos.
Alabemos en la cotidianeidad, un grito de guerra contra la adversidad, el señor nos escuchara y nos socorrerá.
e) oración: Señor Jesús, gracias por tu palabra, bendito seas por tus planes, te pido oh señor salvador mío,  ser adorador en espíritu y en verdad, reconozco mis flaquezas pero a pesar de todo me gustaría alabarte por siempre en cualquier circunstancia, Amén.  

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